Blog de Psicología
Temas de Psicología y Psicoterapia

¿Por qué es tan importante validar las emociones?

Validar una emoción significa reconocer lo que estamos sintiendo como algo real, válido y digno de atención, sin juicio ni corrección inmediata. No se trata de estar de acuerdo con la emoción o justificarla.
Por qué es importante validar las emociones

Cuando éramos niños, muchas veces escuchamos frases como:

“No llores, no es para tanto.”
“Estás exagerando.”
“Eso no debería molestarte.”

Quizás quienes lo dijeron no querían hacer daño. Tal vez solo buscaban tranquilizarnos.
Pero esas frases –aparentemente inofensivas– tienen un impacto profundo: nos enseñan a desconectarnos de lo que sentimos.

¿Qué es validar una emoción?

Validar una emoción significa reconocer lo que estamos sintiendo como algo real, válido y digno de atención, sin juicio ni corrección inmediata.
No se trata de estar de acuerdo con la emoción o justificarla. Se trata simplemente de decirnos (o decirle al otro):

“Lo que sientes tiene sentido.”
“Es comprensible que te sientas así.”

¿Por qué lo necesitamos?

Las emociones cumplen una función: nos dan información sobre lo que vivimos. Si las ignoramos, reprimimos o juzgamos, nos perdemos ese mensaje.

Cuando una emoción es validada:

  • Se regula más rápido (el llanto se calma, la ansiedad disminuye).

  • Se fortalece la autoestima (porque no te sientes “raro” o “equivocado” por sentir).

  • Se profundizan los vínculos (al sentirnos escuchados y comprendidos).

En cambio, cuando no validamos nuestras emociones o las de los demás:

  • Se acumulan y se intensifican (como una olla a presión).

  • Damos paso a síntomas físicos o conductas impulsivas.

  • Las personas se sienten solas en su experiencia.

¿Qué no es validar?

Validar no es lo mismo que consentir todo.
No es decir: “Sí, haz lo que quieras porque te sientes así.”
Validar es: “Entiendo que te sientas así. Vamos a ver qué puedes hacer con eso.”

Aprender a validar (aunque no nos hayan validado)

Muchas personas crecieron en entornos donde sus emociones fueron ignoradas, minimizadas o ridiculizadas. Si este es tu caso, quizás te cueste validar tus propias emociones… y también las de otros. Pero se puede aprender.

Comienza así:

  • Ponle nombre a lo que sientes.

  • Evita juzgarte: “no debería sentir esto” es una trampa.

  • Pregúntate: ¿Qué necesita esta emoción?

  • Y si alguien te comparte su sentir, responde con algo simple como:

    “Puedo ver que eso fue difícil para ti.”
    “Tiene sentido que te sientas así.”

En resumen:

Validar no es una técnica, es un acto profundo de empatía.
Es decirle al otro (o a uno mismo): “No estás solo. Lo que sientes importa.”
Y a veces, eso es justo lo que más necesitamos para sanar.


Mira el episodio completo

 

O escúchalo en Spotify

Picture of Psic. Rafael Aldave

Psic. Rafael Aldave

Psicólogo con más de 20 años de experiencia; esposo, papá, amigo, ciudadano... Humano, pues 😉

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio